La Unión Europea (UE) aprobó una resolución en marzo que establece la prohibición de las calderas de gas y diésel en los hogares a partir de 2035. Esta medida se basa en la directriz de eficiencia energética de la UE y busca abordar el problema medioambiental relacionado con las emisiones de CO2 generadas por la calefacción, responsables de aproximadamente el 10% de las emisiones globales.
El Parlamento Europeo insta a los estados miembros a limitar las emisiones y eliminar gradualmente las calderas de gas y diésel en edificios nuevos entre 2026 y 2028. Asimismo, se propone eliminar progresivamente las calefacciones de combustibles fósiles entre 2035 y 2040.
La directiva de la UE también establece que las calderas de gas no recibirán ningún tipo de incentivo por parte de las administraciones estatales. Se insta a los países de la UE a fomentar la instalación de sistemas de calefacción más eficientes y sostenibles mediante ayudas, subvenciones y beneficios fiscales.
En España, ya existen disposiciones en el Boletín Oficial del Estado (BOE) que regulan la concesión de subvenciones para la rehabilitación energética de edificios existentes, así como para programas de incentivos vinculados al autoconsumo y a fuentes de energía renovable. Comunidades autónomas como Madrid, Asturias, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y Galicia ya han implementado estas medidas.
Con esta prohibición, la UE busca fomentar la transición hacia sistemas de calefacción más sostenibles y contribuir a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector residencial.
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